¿Otra Travesía del Desierto?

Ayer fue día de elecciones y sin embargo, no pude seguir mi ritual típico, por motivos que no vienen al caso. No obstante, por la noche tuve ocasión de conectarme por fin, y me senté ante el televisor a ver los escrutinios y resultados, imagino que como muchos de vosotros.

Se confirmó el bandazo que todos esperábamos y que tantas encuestas habían pronosticado: unos ganan mucho y otros pierden mucho. Durante el rato que estuve escuchando los comentarios políticos, me llamó especialmente la atención una frase “La travesía del desierto”, refiriéndose al partido entrante o saliente, según de quién fuera el comentario, como si se tratara de una mera competición, como si no lleváramos ya tres años de travesía del desierto colectiva desde que se confirmó formalmente la crisis a finales de 2008.

Según los comentaristas políticos, unos inician la travesía del desierto y otros la acaban, y sin duda alguna es una expresión acertada, en lo que a pérdidas y procesos de duelo se refiere (ver en este blog, dentro de trilogía del camino del héroe). Además, ambos partidos han experimentado debacles importantes en distintos momentos del tiempo y seguramente lo han vivido así. Pero, me pregunto yo, ¿vamos a seguir con esa bipolaridad? ¿Sin cooperar? ¡Ojalá que como país hayamos avanzado algo y no tengamos que empezar la travesía ahora, la verdad!

Quién más, quien menos, todos hemos atravesado desiertos y elaborando duelos, y sabemos lo duros que son. Por eso, yo diría que éste comenzó hace tiempo y espero que nos encontremos al menos a la mitad de él, en lo que a medidas políticas se refiere. Ésta es una época económica convulsa que nos afecta a todos, más allá de partidos y bipartidismos, más allá de travesías en solitario, y tarde o temprano tenemos que ser capaces de remontar todos juntos. Para eso, necesitamos escuchar palabras más acordes con los tiempos actuales y sobre todo, con el futuro que deseamos, palabras que también empiezan por co-, col-, con- y com- (del latín juntar) pero que no son competición, sino que tienen un significado de unión y colaboración, como por ejemplo compartir, cooperar, colaborar, confiar, comprometerse, colectivo, etc. Y otras tantas que tenemos que quizá empezar a inventar, porque van más allá de la compasión –también necesaria, porque nos hace sentir como sienten los otros- y nos situarán en el futuro que deseamos: co-sentir, co-iniciar, co-inspirar, co-crear, co-evolucionar, entre otras muchas. ¿Te animas a ponerle co-razón?

Ese es el camino para que lo consigamos, pero hemos de hacerlo desde sitios algo más alejados de nuestro propio ombligo, y a través de recorridos que nos conduzcan a lugares comunes, que tengan sentido como la sociedad sostenible que queremos ser. Y entonces quizá ya no importe tanto quién ganó o quién perdió, porque todos coparticiparemos del bien común y del camino que nos dirige hacia dónde queremos ir en conjunto, un mundo cohabitable, como seres individuales y sociales, como países y como humanidad.

La semana pasada hablaba de empresas con alma, pero es un concepto extensible hacia cualquier asociación con sentido, y ¿cómo no iba a serlo para las instituciones políticas en las que depositamos nuestra confianza, o las financieras?

Otra empresa es posible, otra política es posible y sobretodo, otro mundo es posible.”

 

8 Respuestas de "¿Otra Travesía del Desierto?"

  • Carme dice:
  • María-José dice:
  • pedro dice:
  • María-José dice:
  • Miriam Tolsau dice:
  • María-José dice:
  • Pedro dice:
  • María-José dice:
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